Religiosas Misioneras Hijas del Calvario
HISTORIA DE LAS MISIONERAS HIJAS DEL CALVARIO
Un siglo largo de historia
(1885-2000)
(Un breve resumen)
José Antonio Izco, Misionero del IEME
¿Sorprende
que en un México a menudo anticlerical, como fue la segunda mitad del
siglo XIX, surja una Asociación filantrópica y misionera?
En alguna ocasión, Jesús durante su vida pública expresó: “…el Espíritu sopla
donde quiere… (Jn 3,8). Nosotras podemos agregar: “y opera donde se le busca,
se le escucha y se le deja actuar”. Así empieza el prólogo de esta
extraordinaria Historia de las Religiosas Misioneras Hijas del Calvario,
escrita por el historiador del IEME José Antonio Izco
Mª Enriqueta y Mª
Ernestina Larráinzar y Córdova, dos hermanas cristianas ejemplares, naturales de Méjico, que, con toda
la ilusión de su vida pusieron en marcha una Comunidad de Religiosas dedicadas
principalmente al servicio de los pobres y a la evangelización de los alejados
y… de los “infieles”.
El celo de estas dos mujeres, junto con Fray
Manuel Mª Ortiz, de la orden franciscana, por servir a la “humanidad
doliente”, como ellos llamaron a la sociedad más desfavorecida de su tiempo,
les hizo no escatimar esfuerzo alguno por salir adelante con el proyecto que se
habían trazado y que llenaba sus vidas y su corazón.
Desde esa fe y ese amor siguen en la actualidad sus tareas las Misioneras Hijas del Calvario, secundando aquel sueño que nació en un momento crucial y doloroso de México, cuna de la Congregación.
Fue allá por 1876 cundo ambas hermanas deciden crear dicha “Asociación filantrópica” e intentan conseguir la aprobación de la Iglesia y del Gobierno, asesoradas por el franciscano Fray Manuel Mª Ortiz. Pero no fue hasta 1885 cuando fue aprobada por el arzobispo de México dicha asociación, entonces llamada “Obra de Beneficencia Nacional…”
Pero para entonces ya habían fundado en Méjico el
Asilo Jesús, María y José para niños pobres, el
Orfanato Monte Calvario y, casi al mismo tiempo, un Liceo Católico del Sagrado
Corazón y Nuestra Señora de Lourdes para niñas y señoritas, con internado y
externado, con pensiones módicas y con estudios que, desde 1890, estarán
reconocidos por el Gobierno. Fundan luego, en la villa de Guadalupe, un Asilo
para ancianos y ancianas. Y más tarde, el 19 de abril de 1890, abren en
Salamanca (Guanajuato) una Escuela gratuita
para niñas pobres a petición de una bienhechora del lugar...
Pronto la obra
expande su actividad y los tres Fundadores tendrán que viajar a Roma en busca
de una aprobación pontificia que se hará esperar, pero que llegará en 1891. De Roma pasan a Tierra Santa, en la cual se afianzan las fundadoras en
denominarse “Religiosas Hijas del Calvario”.
En la mañana del 7 de febrero de 1892, sin ruido ni más antecedentes que su de siempre frágil salud, rendía su alma a Dios, a sus 36 años, el Fundador Fray Manuel María Ortiz, socio fundador de Enriqueta y Ernestina.
En Tívoli (Italia) ponen los cimientos para
la fundación de una nueva casa-noviciado, a finales del año 1900, con el
permiso dado por Roma
En
aquel año, las fundadoras elaboran nuevas Constituciones, un folleto de 60
breves páginas, con ayuda, sin duda, de algún canonista, aceptando algunos
cambios sustanciales con respecto al intento de 1891, especialmente en la
manera de entender la "vida mixta" de oración y de obras de caridad: Las Hijas del Calvario están obligadas a
llevar una vida mixta...
Silenciosa e
inesperada va a ser la partida de Enriqueta de este mundo, en marzo de 1906,
a sus 54 años. Fue una de las muchas víctimas de una epidemia de tifus que
atacó a la capital de Méjico.
En ese año se presenta así
el estado actual de la Congregación: Cuenta con más de
50 Religiosas y varias jóvenes Postulantes, y nueve Casas así constituidas: la
Casa Central, donde reside la Superiora General con su Consejo, en el Nº
12 de la calle Lecuona; en ese mismo edificio, el Orfanatorio del Monte
Calvario para jóvenes desvalidas, y el Asilo gratuito de Jesús, María y José
para párvulos de ambos sexos; en el Nº 13 de la misma calle, el Liceo Católico
del Sagrado Corazón de Jesús, que es Colegio para niñas y señoritas. En el
Barrio de Los Ángeles está la Casa del Noviciado. En la Villa de Guadalupe, el
Asilo Santa María de Guadalupe para ancianos de ambos sexos. Unida a esta Casa
está una Hospedería para peregrinos. Y también unida a esa Casa está en
construcción el Templo del Calvario, que muy pronto se abrirá al culto público.
En el pueblo de Tezoyuca, una Escuela Guadalupana de niñas externas. En la
ciudad de Toluca, una Casa dividida en Colegio, Orfanatorio y Escuela gratuita
para niñas pobres. En la población de Xico (Estado de Veracruz), otra Casa
destinada a la instrucción gratuita de niñas pobres y ayuda de las Hermanas a
enfermos pobres; en la ciudad de Morelia (Estado de Michoacán), el Asilo del
Divino Redentor para ancianas desvalidas. En este año ya figura en la Madre
Ernestina un deseo de fundar en España.
En 1909 Roma aprueba de nuevo la Congregación, si
bien las Constituciones sigan sin haber recibido aprobación, cosa que no
ocurrirá hasta 1910.
En 1914, desgraciadamente, en México una guerra civil
y una persecución religiosa obliga a la entonces directora General y la Madre
Ernestina a emigrar a Cuba, donde aprovechan para fundar un noviciado en la
isla El año 1918 va a
ser, en Cuba y en Italia, un año de vitalidad y nuevas Fundaciones. Comienza
con la inauguración, el 6 de enero, de un Asilo de Ancianos en Guanabacoa
(Cuba).
En 1919 menciona la M. Ernestina las fundaciones que quiero hacer en Jerusalén y en España. ¡Reciban en
Méjico nuevas postulantes y tengan el personal bien formado, pues de allí he de
llevarme a las Fundadoras de estas nuevas Casas!
En 1921
Mª Ernestina da los primeros pasos para la primera Fundación en España. En
julio de ese año pide al arzobispo de Burgos (el cardenal Benlloch) su
recomendación para fundar en algunas de las Diócesis dependientes de esa
Archidiócesis. Y superando Dios mis
esperanzas, hizo que el Sr. Cardenal me acogiera con paternal benevolencia y,
en vez de darme su recomendación, me permitiera fundar en Burgos mismo el
Noviciado, ofreciéndome su protección y apoyo. Entusiasmada Mª. Ernestina
con esta acogida, buscó y encontró una casa en la calle Fernán González, junto
a la Catedral, y mandó venir enseguida ("para principios de
Septiembre") de Tívoli dos Hermanas para comenzar la Fundación. Y así, el 15 de septiembre de1921, se inauguró
oficialmente el Postulantado en la Casa del Palacio de Castrofuerte...
Cuando, cuatro días después, salió de Burgos Mª Ernestina hacia Roma, dejó impresas unas hojas de presentación de las "Hijas del Calvario" con una novedad: entre los fines de la Institución aparece "el servicio a las Misiones". Sin duda ha visto en Burgos el entusiasmo del Cardenal Benlloch por el recién nacido "Seminario de Misiones" para el clero secular y ha escuchado con agrado su invitación a compartir "misiones extranjeras" con los nuevos misioneros, aunque este paso (claro y fuerte en la mente del Cardenal) necesitará un tiempo de maduración y concreción.
En 1922
fundan en Jerusalén con cuatro
Hermanas italianas: Nos llevaron
enseguida al Calvario. ¡Qué impresión! A Mª. Ernestina le pareció estar
soñando de contenta. Inauguraron
solemnemente la Casa el 25 de Febrero. Este mismo mes de mayo está ya Ma. Ernestina en Burgos,
celebrando la toma de hábito de nueve Postulantes y alquilando una casa para
Noviciado en la calle La Calera, n. 19.
En
el año 1923, el Cardenal Benlloch, generoso en acogerlas, sigue contando
con ellas: A su debido tiempo, cuando, ya
instalados los misioneros, las necesidades lo reclamen, irán en su auxilio las
Religiosas Hijas del Calvario... Por eso, en la emocionante despedida de los
dos primeros misioneros de Burgos, estuvieron
presentes las Hijas del Calvario, misioneras como ellos y que algún día
compartirían en el mismo campo las fatigas de la Evangelización. Pero, de
momento, lo que el arzobispo de Burgos les propone a las Hermanas es hacerse
cargo de las tareas (cocina, lavado...) del Seminario de Misiones.
Finalmente,
el 21 de Julio de 1924, firmado por
el Prefecto de Religiosos Cardenal Laurenti, se publicó el Decreto de
aprobación definitiva de las Constituciones de la "Congregación de las Hermanas llamadas
Hijas del Calvario".
Y así, acompañada
del cariño de las Hermanas, pasa Mª. Ernestina las
Navidades y primeros días del año 1925, hasta quedar en cama desde el 7
de enero hasta el día de su muerte, el día 16, a sus 70 años. Las
Constituciones aprobadas que Mª
Ernestina no alcanzó a tener en sus manos aparecerán impresas, en italiano, el
21 de Julio de 1925, pero ya el 16 de marzo había escrito Mª. Verónica a todas
las Casas de la Congregación disponiendo que el 18 de junio próximo se celebrase en todas las Casas, con la mayor
pompa y solemnidad posible, una acción de gracias a Dios... Las
Constituciones les llegarán a las Hermanas de México mucho más tarde, editadas
en español en la Habana en marzo de 1927.
Ten 1929, a petición del obispo de Cuba Manuel Arteaga, empezó a
funcionarla Fundación de la "Granja Delfin" (en La Habana) en favor
de niños pobre, así como la fundación, por cuenta de la Comunidad de las Hijas
del Calvario, de un Colegio de niñas en la población de San José de Las Lajas
que se inaugurará el 6 de Enero de 1930
Y en estas circunstancias tan penosas, nos llega de México, escrita por la secretaria Ma. Guadalupe
González, una enumeración completa, fechada el 21 de Julio de 1930, de las Casas de la Congregación, del número
de Hermanas que hay en cada Casa y otros datos. Lo
resumimos. La Congregación lleva el nombre de "Hijas del Calvario” Es
Congregación de vida mixta y tiene actualmente las siguientes Casas: En México:
la Casa Central, con 7 Hermanas; en Guadalupe Hidalgo, un Asilo para ancianos
de ambos sexos y el Noviciado, con doce Religiosas; en Toluca; una Casa con tres
Hermanas en la calle de Isabel la Católica; en Morelia (Michoacán); un Asilo de
ancianas, atendido por cinco Hermanas; en la capital de Oaxaca y una Casa con
tres Hermanas. Fuera de México, la Congregación tiene ocho Casas en Roma,
habiéndose fundado la primera de ellas en Tívoli en 1909; cinco Casas en Cuba.
Habiéndose fundado la primera en 1915; una Casa en Jerusalén, fundada en 1921;
y en España, un Noviciado en Burgos, desde 1922, una casa en Belorado (Burgos)
y otra en San Asensio (Logroño); en Colmenar Viejo, Madrid, un Asilo de
ancianos.
En 1937,
en plena guerra civil de España, el jefe militar de Burgos pidió a las
hermanas atender un Sanatorio antituberculoso en Gayangos (Burgos), petición
que pudieron secundar gracias a la ayuda de cuatro Hermanas venidas de Italia.
Un Capítulo General en 1947 nos da la radiografía de una Congregación de 389 Hermanas y una fuerte vocación misionera concretada en la Misión de Wankie. Y así, en 1950, el 12 de octubre, en la actual Zimbabwe, en la Diócesis de Wankie, se abrió para has Hijas del Calvario una "Casa de Misiones", haciendo así realidad un viejo plan de colaboración misionera en tierra de infieles entre las Religiosas y el Instituto Español de Misiones Extranjeras. El Hospital es hermoso... Nuestra Casa, con techo de paja; la tienda, la choza-maternidad... Pero estamos felices y contentas…
A mitad ya del
año 1950, el 15 de Julio, según nos cuenta Mª. Vicenta, "fueron
exhumados los restos de nuestra querida y venerada Fundadora Sor Ma. Ernestina".
Entre 1953 y 1969, mientras en Burgos se acentúa el compromiso misionero de la Congregación y se abren nuevos campos de misión en Mozambique y Colombia, se da un triste adiós a Cuba; Se respiran nuevos aires "conciliares" ante un próximo Capítulo General.
La
segunda mitad del año 1957 va a ser crucial en la historia de las Hijas
del Calvario, tanto que afectará al nombre mismo de la Congregación. El problema
se fraguó en Burgos y giró en torno a la vocación misionera de la Congregación.
Desde sus inicios en España, al acogerlas en Burgos, el Cardenal
Benlloch y los misioneros del IEME las habían visto como futuras colaboradoras
en las "misiones". Pero muchas y graves circunstancias de la historia
de España habían ido frenando esa orientación que ahora irrumpía con fuerza
entre las novicias de Burgos, dirigidas espiritualmente por los Superiores del
Seminario de Misiones, los Padres José Lecuona (Rector) y Eliseo Quintana
(Director Espiritual). Las novicias vivían fuertemente su vocación misionera y
no estaban dispuestas a profesar si no se les reconocía esa vocación.
Así las cosas, se presentó en Burgos la Superiora General con dos Consejeras. Fue un diálogo difícil. Las razones de las novicias pudieron más: Nuestra primera vocación es ser misioneras y, al entrar a la Congregación, se nos aseguró que en él podríamos realizar nuestra vocación misionera... La Superiora General lo escuchó, lo pensó y comprendió. El 20 de octubre de este año 1957 escribió a Roma pidiendo que todas las Hermanas pertenecientes a las Casas de España y a las de Rhodesia sean oficialmente reconocidas como Misioneras Hijas del Calvario. Desde Roma, el cardenal Larraona contestó proponiendo que tal cuestión la tratara un Capítulo General de la Congregación. Pero la Superiora Mª. de la Luz Herrera se atrevió a comunicar a Roma que no era necesario un Capítulo General, porque estoy segura de que toda la Comunidad acepta de buen grado ser misionera... Por Io cual pedimos a la Santa Sede que la Congregación entera sea misionera. Finalmente, Roma lo acepta en 1958.
Este mismo año 1959 fijan en México la fecha de celebración de los 75 años de la Fundación de la Congregación: será el 19 de enero de 1960. Nos dan también un "elenco cronológico de las Casas de las Hijas del Calvario" con los siguientes datos: 15 Casas en México desde 1885 a 1958; 6 Casas en Cuba de 1915 a 1959; 7 Casas en España de 1921 a 1959; 29 Casas en Italia (seis de ellas suprimidas); 1 Casa en Jerusalén; y 4 Casas en Rhodesia. Sobre la Fundadora Mª Ernestina se imprimió este año en italiano la biografía escrita por el sacerdote Don Evaristo D’Anversa.
El 2 de febrero de 1961 pisaron por vez primera cinco Hijas del Calvario tierras de Mozambique. Como en Rhodesia, también
en Mozambique evangelizaban misioneros del IEME que las invitaron. Llegaron a
Tete para trabajar en el Hospital de la ciudad (las 5 eran enfermeras) según los
deseos del Obispo. Un misionero, José Vañó, y unas Religiosas de San José de
Cluny les ayudaron en todo. Les esperan como 28 años de guerra, pero por de
pronto se sienten felices.
No
tienen ni van a tener en muchos años tanta paz las Hermanas llegadas a
Mozambique en 1961 y las otras cuatro que llegan a Tete el 25 de abril de 1963.
Las saluda alborozado el misionero Luis Castro: "Vienen ya las Hijas del Calvario... Pero queremos paz, Señor. ¡Danos
la paz de las conciencias... y la de las armas!".
Pero
también en Rhodesia se iban extendiendo los movimientos independentistas
y no parecían tiempos propicios para abrir un Noviciado indígena. Así que las
cuatro primeras Postulantes hicieron su Noviciado en España por dos años,
volviendo a Wankie en septiembre de 1969.
Para el verano de 1970 (a los cinco años de haberse clausurado el Concilio) planearon las Hermanas un Capítulo General Especial. Eran entonces 521 las Hijas del Calvario, repartidas en 64 Casas ubicadas en 8 países. Entre otros acuerdos capitulares se decidió el traslado de la Casa Central de México a Roma, acuerdo que se realizó ya en diciembre de este mismo año 1970. (También en España se trasladó, en enero de 1971, el Noviciado y el Gobierno Regional desde Burgos a Madrid). En Mozambique, el Obispo Niza Ribeiro visitó en mayo de 1971 a las tres Hermanas que quedaron en Mukumbura en plena guerra y "les felicitó de todo corazón". Pero, no mucho después, ante la evolución de la situación y ante su negativa tajante a abandonar a la gente, un avión militar portugués se las llevó forzosamente a Tete el 22 de diciembre. Una de ellas lo contó así: "Nos expulsaron las autoridades civiles y, casi sin defendernos, las religiosas. El peligro que veían era... que podríamos denunciar lo que hacían".
Tampoco
es fácil la vida de las Hermanas en otros frentes. Las llegadas en 1969 a Colombia,
cuando en 1972 se encuentran espoleadas por la "teología de la
liberación", se ponen a concretar su "opción por los pobres" y
han de superar no pocas contrariedades y dificultades. "En conclusión (escribirán mucho después), esta crisis, vivida
así, nos ayudó a dar, un salto cualitativo tanto a nivel político como en
nuestra madurez cristiana".
En
este mes de enero de 1973, en Mozambique están pasando los días
en reuniones... “Aquí, alrededor de Tete,
no sabemos ni cómo aproximarnos a la gente, porque todo es comprometido. Se ven
injusticias por todas partes y; ante eso, no nos podemos callar... En noviembre
de este año 1973 visitó a las Hermanas la Superiora General Cecilia Aguirre,
constatando la situación de guerra y las tensiones de cada día. Asediadas las
Hermanas (como otros misioneros) por las autoridades portuguesas, hubieron de
cerrar "el Viernes Santo por la noche" la Misión de Moatize y fueron
expulsadas de la Misión de Songo.
En abril
de 1974, se habían manifestado en Tete europeos insultando a los
Padres y a las Hermanas y haciéndoles firmar que el pueblo les expulsaba. Y
hasta tuvieron que cerrar las Hermanas la Casa de Songo el 13 de abril de 1974.
Todo cambió desde esa manifestación de Lisboa. Cesó, sí, toda ayuda del Gobierno
a los misioneros, pero ¡qué feliz se sentía la Hna. Soledad Castillo
ganándose la vida enseñando, cortando y cosiendo vestidos!
Y terminó, al
fin, el calvario vivido por las hermanas de Moatize desde agosto de
1973, cuando la policía portuguesa expulsó al misionero Miguel del Bosque y a
la Hna. Esperanza Vázquez, a la que, por solidaridad, acompañaron las Hnas.
Anuncia Palma y Mª. Francisca Prada. Quedan ahora en Moatize las Hnas. Victoria
Rodríguez y Loreto Hortigüela, aguantando las últimas embestidas violentas de
los mandos portugueses decididos a seguir su dominio. Hasta que, al fin, el 17
de agosto, salen hacia Lisboa con intención de volver, ya que se está
tramitando la paz y está a punto de nacer un Mozambique
independiente.
A la ciudad de Milagres, en el Estado de Bahía (Brasil), invitadas por misioneros del IEME y acogidas por el Obispo Silverio Albuquerque, llegan tres misioneras: Amparo Cabistany, Francisca Marijuan y Lucía de Miguel. Y luego, en febrero de 1975, llegan cuatro más y se desparraman por varios barrios para mejor inculturarse.
En Rhodesia, en 1976 se intensifica la guerra de liberación. Muchas
Misiones se cierran o paralizan por causa de la guerra, pero, aun así, siguen
atendiendo las Hermanas a tres Hospitales, enseñan en cuatro Escuelas,
colaboran en el trabajo pastoral y hasta surgen iniciativas de educación de
adultos y visitas a las Comunidades dispersas o alejadas.
En Colombia dejaron las Hermanas por este tiempo el Colegio de Quinchía en
manos de seglares preparados y dejaron también, como dijimos, la Misión de
Irra, para abrir nuevos campos en Aguachica y Medellín. En Rhodesia, se abrió
el Noviciado en Dete (junto al gobierno de la Delegación), y se retiraron las
Hermanas de la Casa de Wankie por falta de personal, abriendo una Casa de
acogida y descansó en Bulawayo.
Y
llegó el momento del XI Capítulo General. Lo convocó la Superiora
General Cecilia para empezarlo en Roma el 1 de julio de 1976. Duró hasta el 10
de Agosto. Las 28 Hermanas capitulares reflexionaron sobre el personal: eran
405 hermanas en la Congregación (44 menos que en 1970) y 7 novicias (antes,
32). Y la salida de la Congregación, en los últimos seis años, de no pocas
Hermanas (un 18 por ciento) les mueve a reflexionar sobre su vida de oración,
su vida fraterna, su formación... También reflexionan sobre las Casas de la
Congregación (60 en 1970, 56 en 1976), aunque para esto encuentran más
fácilmente explicaciones. Y en cuanto a otros temas tratados en el Capítulo,
revisan y ponen al día las Constituciones aprobadas el año 1924.
Pero sigamos la
marcha de la Congregación en sus diversos escenarios. Ahora, por los años 1978-1980
es Rhodesia de nuevo la que reclama nuestra atención: "La guerra de liberación (nos cuenta
una Hermana testigo) trajo muchos problemas. Y a partir de 1978 las
Hermanas tuvieron que abandonar las
Misiones ya que en unos casos el ejército y en otros
la guerrilla, no les permitían continuar en sus puestos. Las Hermanas fueron
molestadas por todos los combatientes. Algunas fueron encarceladas y juzgadas.
Pasaron semanas refugiadas en sacristías y locales de iglesias. De esta forma,
al encontrarse sin casa y sin nada, pudieron compartir plenamente con la gente
las mismas penalidades que la guerra trajo a todos".
Felizmente, se iba gestando ya por estas fechas un acuerdo de paz que se firmó en Londres en septiembre de 1979 y que desembocará en el nacimiento de un Zimbabwe independiente en abril de 1980.
También
en Colombia campea estos años la
'guerrilla" y las Hermanas se ven obligadas a plantearse cuestiones
vitales y arriesgadas. Reflexionando juntas, en 1978, sobre su testimonio
cristiano en ese escenario; revisan y detallan el plan de formación que quieren
para las nuevas Aspirantes, y enuncian hasta 15 "criterios generales"
que les sirvan de guía. De estos dos años (1978-1979) nos han quedado dos
amplios informes del Equipo de Hermanas ubicadas en barrios pobres de
Cartagena, Santa Rita y Medellín.
En Mozambique, país ya independiente y en manos del, FRELIMO desde junio de 1975, tardará aún más de diez años en afianzarse la paz y el orden social. Entretanto hubo que cerrar la Misión de San Pedro en 1979, pero se reabrió la de Songo, pudieron entrar en agosto de 1979 tres nuevas Hermanas (las tres enfermeras), y aunque el nuevo régimen "marxista-leninista" no les permite hacer apostolado, no se desaniman: "Por el simple hecho de estar en medio del pueblo y con nuestro trabajo, creemos que somos testimonio de Iglesia...
Se celebró en Roma el XII Capítulo General, a partir del 28 de septiembre de 1982, con 34 Hermanas capitulares. Se aprobaron las constituciones renovadas y fue elegida una nueva superiora General, Ma. Enriqueta Bendre, para el período 1982-1988.
En cambio,
de Mozambique no dejan de llegarnos
noticias: en 1984, con el FRELIMO y el Presidente Samora Machel en el
poder, las Hermanas constatan que "la
situación de hambre ha mejorado un poco, debido a las ayudas que llegan de fuera, es terrible vivir así".
Un
19 de enero de 1885 fue fundada la Congregación de las Hijas del Calvario. Cien
años después, en 1995, en México,
en la Basílica de S. María de Guadalupe, se dan cita ese día todas las
Hermanas, junto a la Superiora General actual Mª. Enriqueta Bendre y la anterior Cecilia
Aguirre. Preside la Eucaristía el Cardenal Ernesto Corripio, suena el canto de
"las mañanitas", hay conciertos de música y una fiesta que dura una
semana...
Pero antes, el
19 de enero de 1994, el Gobierno General de la Congregación publicó "un
pequeño estudio sobre todas las Comunidades y actividades" que llevan
adelante las Hermanas por este tiempo, es decir "una exposición concreta de nuestra Misión en la Iglesia y en el
mundo..., para que nos ayude a apreciar más la riqueza de la Congregación y la
tarea de nuestras Hermanas". Aparecen en este
recuento 62 Comunidades organizadas en
tres Provincias. Este recuento exhaustivo termina diciendo: "Sentimos necesidad de dar gracias a
Dios por el don de las Misioneras Hijas del Calvario a la Iglesia, y por
habernos llamado a vivir conscientemente este carisma en la Iglesia y en el
mundo. Y estamos también agradecidas porque a nuestra Congregación se le ha confiado una
Misión con los pobres, a la que, deseamos ser fieles".
Hacia junio de 1995 reciben las Hermanas de Mozambique la visita canónica de la
Superiora Provincial Lucía de Miguel, acompañada de la Hna. Matilde Tello.
Ambas Visitadoras recorren Matola, Tete... y encuentran buena
"organización, sinceridad y confianza",
En Zimbabwe publica Cecilia Aguirre una "Historia del Grupo de Misioneras Hijas
del Calvario desde sus comienzos en 1950". Y las dos Hermanas
zimbabwanas estudiantes en Roma, R. Sibanda y G. Mupeta, hacen sus tesis, en 1997,
sobre diversos aspectos de la evangelización de su patria.
Este mismo año
de 1997 andan las Hermanas de México
preparando su IV Capítulo Provincial y, para adentrarse en el espíritu de su
Fundadora Mª Ernestina,
En Burgos se afanan por celebrar este año,
solemne y fervorosamente, el 75 aniversario del establecimiento de la
Congregación en España, un 15 de septiembre de 1921. Lo celebran del 11 al 13
de septiembre de 1996, en Burgos, con 47 Hermanas
provenientes de diversas Casas y países, culminando con una Misa de acción de
gracias celebrada por el arzobispo Santiago Martínez.
En
vísperas del siglo XXI hacen recuento las Hermanas de sus recorridos y trabajos
en los diversos escenarios. En España,
enumeran ocho Casas de la Congregación: cinco en la Provincia de Madrid, dos en
Burgos capital, y una en Segura de León (Badajoz). La Provincia de Italia cuenta con 11 Casas, y sus
actividades se concentran en la enseñanza en Escuelas maternas y Primarias, en
actividades asistenciales, y en colaboraciones con las parroquias... "Todo ello en consonancia con nuestro Carisma
de trabajar entre los más pobres...". También en México afrontan con fervor el nuevo milenio, espoleadas, además,
por la cuarta visita a México del Papa Juan Pablo II en enero de 1999, y por el
Congreso Eucarístico internacional del año 2000. Y en Zimbabwe, un recuento de las Casas de las Hijas del Calvario,
hecho al comienzo del año 2000, enumera estos 14 puestos de Misión: St Marys
Mission (desde 1950), Kariyangwe (desde 1961), Sacred Heart (1963), Jotsholo
(1985), Nembuzia (1983), Chezhou (1972), Stand 1 House, Novitiate House,
bethany House, St, John’s Parish, Bishop’s House, Hwange (desde 1983),
Kamativi, St. Ignatius Cathedral,.. Y vivos y activos continúan todos estos
puestos de Misión y se han ido añadiendo algunos más.
PRINCIPALES FUENTES CONSULTADAS
Por José APntonio Izco para elaborar esta Historia de las
Religiosas
Misionera Hijas del Calvario.
En los Archivos
de la Congregación de las Misioneras Hijas del Calvario en Roma, hay 45 apretados
folios que recogen y clasifican prácticamente los títulos de todos los
materiales. Pero sería penoso (y casi interminable) para el lector señalar al
pie del texto la fuente precisa de donde está tomada cada una de las citas. Por
eso optamos por dejar constancia del contenido (resumiéndolo) de las 30
“Carpetas” que recogen las 45 páginas de los títulos de los materiales que
avalan este relato.
Recuerdo cuando llegaron a Alzola las tres hermanas del Calvario. Justo habíamos tenido unas temporadas de protestas por la calidad de la comida, llegando a reclamar que "pasábamos hambre", clamor en el que se involucraron los padres, que pronto comenzaron a enviar cartas preocupadas al Padre Larrañaga. Por mi parte, sentía algo de verguenza ser parte de las protestas, pues mi estancia en Alzola, educación y manutención, no costaba nada a mi familia, por virtud de alguna beca que en su tiempo consiguió el Padre César, de unas santas beatas adineradas de Burgos. Pero sí era cierto que, por la mucha actividad física que desarrollábamos, y porque los hermanos auxiliares que se ocupaban de la cocina no eran muy duchos en administrar las viandas, la comida resultaba insuficiente, además de los "astronautas" de los garbanzos o cuando por error se echaba café en lugar de sal a la sopa.
ResponderEliminarY un día, como caídas del cielo, llegaron tres ángenes de bondad. Bajo el liderazgo de una hermana ya madura llena de energía, de hablar ra´pido y soluciones concretas, y dos novicias, una muy tímida y otra con una carita angelical y una expresión de permanente paz y felicidad.
Tendría yo unos 14 años... y Alzola cambió por completo. No sólo mejoró sustancialmene la comida, sin que el Padre Ciriaco tuviera que hacer más milagros con los presupuestos, sino que todo pareció renovarse como cuando la primavera llega a unos prados ( Uy !... que cursi me salió esto).
La madre Tarsicia ( creo recordar que así se llamaba la lidereza, chiquita, llenita, saltarina como una pelota de frontón) tenía el don de multiplicar los panes y los peces, y encima cocinarlos como los mismos ángeles. Y se comenzaron a ver los resultados. Todos más lozanos, con mejor color, hasta Ramón Andrés ya no cabía en los pantalones por los dos platos de potaje que se engullía en cada almuerzo ( no me contradecirá que él siempre fue hombre de cuchara).
Luego vinieron ellas mismas a Burgos, y de nuevo aportaron una sensación de comprensiva maternidad a nuestras vidas, tan alejadas de nuestras madres naturales.
¿ Quién no se benefició de la bondad de la madre Tarsicia, que dejaba sobras de la cena sobre la cocina, para que los trasnochadores pudieran meter algo en el estómago antes de irse a dormir? Yo, que solía llegar tarde en la noche por mis actividades teatrales en Alfoz Teatro Escuela, sabía que siempre podía encontrar unas croquetas, un buen pedazo de tortilla, un trozo de pescado rebozado. Lo que fuera, la madre Tarsicia nunca olvidaba ninguno de sus polluelos. UN ANGEL de bondad.
Una tonelada de amor del bueno a esas mujeres que hicieron entrar un rayo de luz y de tierna paz en nuestras vidas de estudiantes. Por mi parte, siempre las llevo en mi corazón con muchísimo agradecimiento.
Tal vez no viene al caso, pero la mención a las "santas beatas adineradas de Burgos" me obliga a una aclaración. Debo confesar, como lo he hecho en muchísimas ocasiones, que a mí toda la formación me salió prácticamente gratis. Estuve en una especie de kinder con las madres "ursulinas" que apoyaban en la parroquia de San Pedro, mi barrio. Allí recuerdo que sólo el uniforme, guardapolvo negro con cuello balnco de plástico, tuvieron que pagar mis padres. Llevábamos unas tazas de lata y dos terrones de azúcar porque, a media mañana, se nos daba una leche en polvo que regalaba USA y un pedazo de queso amarillo de la misma procedencia.
ResponderEliminarMis dos años de preparación para el examen de bachillerato, con 7 y 8 años, fuí aceptado en una escuela Serramagna, financiada por una tal "marquesa de Serramagna", cuyo palacete aún puede verse paralelo a la Isla, y en la que los chavales del barrio que se nos suponía merecedores de ese favor, teníamos los mismos profesores maristas de la escuela de "lujo", el Champagnat, donde estudiaba la crema y nata de la ciudad. El exámen de ingreso al bachillerato, aun sin tener la edad, me fué "concedido" por las gestiones de esos mismos maristas, y ya salido del mismo, visitaron un día mi casa dos seminaristas ( creo que uno era el luego Padre Rafael Perez Miguel, que ahora está con familia en Costa Rica) ensotanados y con faja roja-sangre, y convencieron a mi madre ( anticlerical hasta los huesos) que me dejara ir unos días al Seminario de la Quinta, a ver si me atraía la vida sacerdotal. Eran enviados por el Padre César, amigo de mi padre ( no muy religioso, pero no anticlerical) quien una vez tomada la decisión encontró tres beatas adineradas que me becaran para pasar el bachillerato en el Seminario de Alzola. Mi único requisito fue que, un día, bien peinadito y con los zapatos brillantes, tuve que ir a visitarlas en un piso enorme en la mera plaza del Cid ( yo ni imaginaba que podía haber casas tan grandes, donde sólo el baño era más grande que todo el piso donde vivíamos mi familia), responder a sus preguntas y verme modosito como San Luis Gonzaga. No fue difícil pues ya con siete años había ganado el concurso regional ( de Castilla la Vieja) de catecismo, con el correspondiente diploma entregado por el arzobispo en ceremonia en el entonces Teatro Vitoria, en la calle del mismo nombre, sin la presencia de mi madre, por su anticlericarismo, ni de mi padre, porque no consideró el evento como motivo para dejar ese día su trabajo.
En Madrid ya pude aportar algo, pues gané una media beca del Sindicato Nacional del Metal, oficina de Burgos, y cuando viviamos en el piso siempre encontraba algo que aportar, dando clases particulares y hasta algún free lance en Editorial Zeta, corrigiendo ilustraciones, o dando charlas en colegios de bachillerato que me proporcionaba un salesiano a quien parece le caía bien mi entusiasmo vital.
Tengo una deuda vital por tantas personas que me pusieron las oportunidades en el camino. Angeles que siempre aparecen como piezas de ajedrez. Sin ellos no hubiera podido recibir una formación tan integral como la que me fue ofrecida. Puedo decir con orgullo que vengo de abajo y que mi único mérito fue siempre aprovechar las oportunidades que otros me brindaron.
Mis padres tienen muy mala esperiencia con las hermanas del calvario mi abuela estuvo con ellas en el hospital que tenían en belorado y aparte que la trataron muy mal la hicieron dejarlas toda la herencia de mi abuela a ellas y mi madre se quedó sin nada mi madre tenía 21 años una hija y estaba embarazada de la segunda la pena es que han pasado 56 años y no se puede hacer nada porque mi madre lo intentó hace años y la contestaron que todo lo había dejado para su alma tocarte los pies y luego quieren que creamos en la iglesia no hay derecho las cosas que hicieron y mi madre no fue la única.
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