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Mostrando entradas de enero, 2022

José Antonio Pinel

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    José Antonio Pinel Martín ez Rasgos de una vida   Waldo Fernández y Jose Antonio Pinel en la presentación del libro de este “Pasión por la vida”, en junio de 2014 Rasgos dispersos de mi andar por el IEME. En el Seminario de Misiones cursé dos años de Teología y uno de Formación con mis compañeros de curso y amigos. Resalto amigos porque eso es lo que conseguimos, una amistad que nos comprometía a todos, unos con otros y todos con todos. Tejimos el telar del amor con un cruce de compromisos por una causa y un objetivo: la misión. Hasta entonces mi pregunta era ¿tendré vocación para lo que quiero ser? En Burgos desaparecieron esos miedos y la pregunta cambió de naturaleza ¿tendremos todos suficiente vocación para tamaña empresa? El trabajo en grupo era la respuesta. Si todos decíamos que sí, adelante. Si la vocación se nublaba, el equipo supliría. Fiabilidad, esa era la credencial. Tú te fías de mí y yo me fío de ti. Nos convertíamos en dos. Nos multiplicábamos y nos hací
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      Eloy Tato Losada Obispo misionero de Magangué, Colombia   Condolencias recibidas por el fallecimiento de Monseñor Tato:   De: Teodoro nieto medrano Enviado el: jueves, 20 de enero de 2022 Asunto: "Dies natalis" de Eloy Tato   “DIES NATALIS” DE ELOY TATO   Querido Angel: Me permito aportarte los siguientes datos sobre Eloy Tato, amigo y compañero de trabajo en el entonces Vicariato Apostólico del San Jorge (Colombia). Conocí a Tato al comenzar el curso 1952-53. Él venía de la diócesis de Astorga y yo me incorporaba también ese mismo año al Seminario de Misiones para estudiar segundo de teología. Un año después fue destinado al entonces Vicariato Apostólico del San Jorge (Colombia). Monseñor Francisco Santos, zamorano, le destinó a la misión de Juan José, la más dura, sin duda, de todo el Vicariato. Allí se resintió considerablemente su salud y fue destinado a san Benito Abad, sede del Seminario del Vicariato, del que fue profesor y rector. En ju

Justo Segura, misionero en Japón

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  Justo Segura Misionero en Japón   Foto del grupo misionero en Japón hacia los años 90   Justo Segura vive jubilado en Japón, país en el que desea morir y allí ser enterrado. Me dijo Rafael Janín que había publicado un libro, cuya portada envío, contando algunos retazos de su vida misionera en Japón. Fui al IEME y conseguí el libro. El texto está en castellano, japonés e inglés. El día 23 de diciembre del pasado año 2021 recibí este mensaje de Justo. Tal y como lo recibí lo envié a todos los Amigos de la Familia IEME porque creo que iba dirigido a los misioneros del IEME y a todos los componentes de la Familia de Amigos del IEME. MUY RECORDADA FAMILIA, PARIENTES Y GRANDES AMIGOS. FELIZ NAVIDAD, FELIZ ANO NUEVO. Perdonadme que por esta vez no os mencione a cada uno por vuestro nombre, pues a través del libro os tengo muy presentes. Quizá lo más interesante, para mi, a lo largo de todo el año ha sido el programa que hemos presentado a los Obispos Japoneses juntamente con

Waldo Fernández

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  EL IEME: LA HUELLA QUE LLEVO  Y ME LLEVA   Waldo Fernández     Un soneto me manda hacer Violante… Pero no es ni soneto ni Violante. Es Angel Sáiz quien me pide que escriba algo sobre lo que el IEME y su centenario significan para mí, sobre mi labor misionera, sobre mi actividad profesional; “una breve memoria personal”, dice, en el marco de esa tarea que se ha autoimpuesto de elaborar biografías, memorias, etc., sobre el IEME y quienes lo amamos. ¿Cómo negarse? Aterricé en el Seminario de Misiones en septiembre de 1964, luego de haber pasado seis años en el Seminario Menor de León. Por ser de familia muy cristiana y muy eclesiástica, era obvio que debía tener vocación sacerdotal a los 11 años, cuando me llevaron al seminario, aunque siempre he creído que entonces la vocación la tenían nuestras madres. En caso es que allí pase mi infancia y adolescencia. No lo pasé mal, aunque vivía en un desgarro permanente entre cómo yo era y cómo quería ser. Yo era un niño noble y trasto, s

Paco Catalán

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  Paco Catalán Gratitud y cariño por el IEME       Con motivo de la celebración del Centenario del IEME, me pide Ángel una breve reflexión de lo que ha significado en mi vida y por qué derroteros ha transcurrido posteriormente.   Mi entrada en el Seminario de Misiones en 1967, mi ordenación de cura - por cierto, junto a Waldo -, la marcha al grupo del Perú en 1974 y mi salida en 1980 para casarme con la que actualmente es mi compañera han supuesto un conjunto de experiencias que han modelado de forma definitiva mi forma de ser, de sentir y de vivir. La verdad es que tengo muy buenos recuerdos de los compañeros y de la formación recibidas: la necesidad de transformar el mundo en línea de la justicia y solidaridad con los más pobres, de acercar el Reino, la amistad compartida (a día de hoy nos seguimos reuniendo un buen grupo de nuestro curso de Filosofía; nos faltan ya algunos amigos…) la ilusión, la esperanza y tantos otros, son valores que recibimos en el IEME y que seguram