Fracisco Font y las Damas Catequistas

 

P. Francisco Font García

“Fundador de las Damas Catequistas” 

A cargo de las propias Damas Catequistas

 

 Publicado en el número 293 de la revista Misiones Extranjeras,

correspondiente a abril-junio de este año 

 

            Francisco Font García, misionero de dos naciones (Colombia y Rhodesia (Zimbabue), nace en la población de Burriana, (Castellón de la Plana), España, el 14 de julio de 1905.

            Font puso pie en suelo colombiano, el 16 de julio de 1931. Es uno de los seis misioneros (tres sacerdotes y tres hermanos coadjutores) con los que el Instituto Español de Misiones Extrajeras (IEME) de Burgos refuerza aquel año la primera de sus empresas misioneras en Colombia, concretamente la de la Prefectura Apostólica del San Jorge, creada por el papa Pio XI el 12 de junio de 1924, en territorio que entonces pertenecía a la circunscripción eclesiástica de Cartagena y hoy a las diócesis de Magangué, Sincelejo y Monte Líbano.

            El Padre Font había ingresado en el “Seminario de Misiones Extranjeras de Burgos” a los 21 años de edad, cuando era ya seminarista en el Seminario de la Diócesis de Tortosa. Se cuenta que poco antes de que esto sucediera, algunos misioneros habían estado hablando y entusiasmando a los seminaristas para marchar a las misiones extranjeras (ad Gentes). Entre los asistentes a la conferencia se hallaba el joven Font y otro joven seminarista, también burrianense, quien luego se convertiría en el cardenal Vicente Enrique y Tarancón. Profundamente conmovido y casi persuadido de que Dios lo llamaba para ser sacerdote misionero, el joven Font le dijo a su condiscípulo Tarancón: “¿Qué, te animas?”. A lo que Tarancón respondió: “Yo no”. Estaba claro que el Espíritu Santo conducía a estos dos amigos seminaristas por dos caminos diferentes de servicio a la Iglesia y de conquista de la santidad cristiana. [1].

            El trabajo misionero del padre Francisco Font García en la misión del san Jorge (Colombia) se desarrollará en dos etapas. La primera, desde el 22 de julio de 1931 hasta el año 1950 y la segunda etapa, desde el 12 de julio 1956 hasta el 22 de marzo de 1961, día y año de su muerte, acaecida en la Villa de San Benito Abad, entonces en el departamento de Bolívar, hoy en el de Sucre.

  Hay entre medio de estas dos etapas, otra etapa de 4 años (1951-1954) en Rodesia (Zimbabue). El 13 en abril de 1951, llegó con Ireneo López Tobar y el misionero auxiliar Manuel Dausá Xiberta, y fue como superior de la misión que recientemente había abierto el IEME allí, en 1949. Poco tiempo después se convertirá en el primer Prefecto de la Prefectura Apostólica de Wankie (Hwange). No gozó de buena salud, pues tenía problemas serios de corazón y también cierta dificultad para las lenguas, empezando por el inglés. Solo estuvo un año como Prefecto, y renunció al cargo, siendo aceptada su renuncia por la Santa Sede el 28 de octubre de 1955.

            Para conocer el itinerario misionero y espiritual del padre Font contamos principalmente con su Diario personal, su Epistolario y las Meditaciones dirigidas a sus Damas Catequistas. Font comenzó a escribir su Diario personal (24 libros o cuadernos) el 24 de septiembre de 1926, día en el cual salió de su casa rumbo a Burgos para hacerse sacerdote misionero. Dejó de hacerlo el 28 de octubre de 1960, poco antes del letal ataque de hemiplejía que le llevaría a la muerte casi cinco meses después. Lo llamó, desde el principio y durante todo el tiempo que misionó en Colombia, “Diario de un Curioso”; y “The Missionary Life” (Vida Misionera) mientras trabajó en Rhodesia.

            El padre fundador cultivó de manera notable el género epistolar, pero desafortunadamente muchas de sus cartas se han extraviado.

            Sus Meditaciones para las Damas Catequistas se conservan, al menos algunas de ellas. Con base a estos documentos escritos, otros papeles del Padre Fundador y el testimonio de algunas de nuestras religiosas mayores, ha sido publicado en 2012,  el libro “Font, un corazón de doble pasión”,  y como subtítulo “una Aproximación y Experiencia Espiritual del Padre Francisco Font García. Misionero del Instituto Español de Mosiones Extranjeras (IEME) en el san Jorge y Fundador de las Hermanas Misioneras Catequistas”, escrito  por Mons. Armando Larios Jiménez, segundo obispo de la diócesis de Magangué.

            Nuestra congregación – dicen las Hermanas Misioneras Catequistas -  fue el sueño dorado del Padre Francisco Font García [2] y nace de su corazón sacerdotal-misionero, locamente enamorado de Jesús Sacramentado y de María Inmaculada.

            Después de un largo camino de discernimiento, orando e interpretando desde la fe los signos que Dios le proporcionaba, el Padre Font la funda el 28 de noviembre de 1937, en la Villa de San Benito Abad, como Instituto de las Damas Catequistas, un grupo de “laicas asociadas en vida común por el vínculo de juramento público de fidelidad al Instituto en el apostolado de la catequesis, sin votos públicos” [3].

            Nuestro padre fundador crea este Instituto “para remediar la necesidad de obreros evangelizadores que trabajen las mieses del Padre Celestial”, como eél mismo se expresa en uno de los Coloquios (con María Inmaculada) de sus Meditaciones [4].

            Pero, si bien la necesidad de estos obreros evangelizadores en la Prefectura Apostólica del San Jorge era sumamente imperante, la naturaleza del Instituto jamás fue carácter meramente funcional. En realidad, el sueño de Font, desde que comenzó a gestarse e irse convirtiendo en una hermosa realidad, iba más allá e incluía para sus Damas la posibilidad de que en el Instituto encontraran una forma válida de vida cristiana y santificación personal. De sus Damas el soñaba verdaderas y auténticas mujeres conduciendo una vida de total consagración a Dios y, como consecuencia de ello, también totalmente consagradas a la construcción y extensión de su Reino en la misión del San Jorge e incluso, con el tiempo, más allá de la misión del San Jorge. Ello explica por qué las primeras Damas Catequistas se convirtieron un día, bajo la guía del Espíritu de Dios y la autoridad de la Iglesia, en lo que actualmente somos, la congregación religiosa de las Hermanas Misioneras Catequistas [5].

De cómo era el padre Font, dan cuenta, algunas de sus frases y pensamientos, que aquí reproducimos:

“El corazón humano no puede estar sin amor. Él se alimenta de este suavísimo manjar. El amor a Dios y el amor al prójimo o el amor a sí mismo, son los motores que ponen en movimiento personal al personal de todo el mundo.”

“Vayamos a Jesús siempre por María y confiemos que siempre seremos bien recibidos; bien seremos atendidos bondadosamente; siempre Jesús nos mirará con intensa complacencia al vernos acompañadas de su dulcísima Madre y Madre nuestra.”

“Tenemos necesidad de ser mansos de corazón. Sin mansedumbre no servimos para catequistas”

“Señor dadme almas y quitadme todo”

“Creamos en la palabra de Jesús, estudiemos los evangelios donde se conservan sus palabras y, aprendidas, creámoslas y ajustemos nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad a ellas, regularizando así nuestra vida apostólica y espiritual y así no seremos defraudados.”

“Yo te prometo, Madre Mía, ser constante en el trabajar; constante en la oración; constante en estudiar la voluntad de Jesús para poder cumplirla.”

“A cualquier hora, vayamos en busca de Jesús a llorarle nuestros pecados, ofrendémosle los perfumes de las virtudes de nuestro corazón y probémosle nuestro intenso amor adornando bien sus altares, blanqueando y sin dañar los manteles y demás ornamentos que sirven para el culto y cultivemos con gran cariño las maticas del jardín para ofrecerle flores que adornen sus altares.”

“Nuestra misión pues, es de azucenas entre el lodazal inmundo de la humanidad pecadora”

“En todos los momentos del día, procuremos elevar nuestro corazón a Dios, renovando las intenciones hechas en la mañana, no temamos cansar a Dios con nuestras amorosas súplicas”

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1] La anécdota pertenece a los recuerdos que del Padre Francisco Font García conservan sus familiares en España.

[2] Cf Informe al Congreso Catequístico de Bogotá de 1940, sobre el Instituto de Damas de la Doctrina Cristiana de la Prefectura Apostólica del San Jorge, Archivo de la Casa General de las Misioneras Catequistas, Medellín, p. 2

[3] HERMANAS MISIONERAS CATEQUISTAS, Constituciones, Capítulo I, Reseña Histórica

[4] MEDITACIONES, La Mies es Mucha, p. 86

[5] Es sobre todo en el texto de las Meditaciones, ya que no conservamos o por lo menos no hemos encontrado el texto de las Constituciones para el Instituto que Font comenzó a preparar pocos meses antes de la fundación (Cf DIARIO…, Libro IX, Día 10 de Agosto), donde encontramos hoy, esparcidos aquí y allá, según el tema de la meditación, las ideas fuerza y detalles sobre su realización en la práctica del programa de vida cristiana-consagrada propuesto por el Padre Font a sus Damas.

 

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