José Antonio Izco
José Antonio Izco
Ilundáin
Profesor, formador,
historiador del IEME y
misionero en Japón
José Antonio Izco
en 2017
A José Antonio Izco lo recuerdo como mi
profesor de Historia de la Iglesia en primero de Teología y como profesor de la
asignatura de Patrística en segundo de Teología. Comentábamos entre nosotros
que Izco “tenía buena cabeza”. Además, era (y sigue siendo) sencillo, simpático
y asequible.
En aquellos años no sabíamos ninguno qué sería de su futuro como misionero porque todavía le faltaba doctorarse en Lovaina (Bélgica) y ser destinado a Japón, que sería su permanente tierra de misión, salvo algunos contratiempos para determinados cargos de responsabilidad en el IEME.
Pero, bueno, vamos a hacer una biografía rápida
de José Antonio Izco:
Nace en Añorbe (Navarra) el 21 de marzo de 1938.
Fue ordenado sacerdote el 29 de junio de 1962
en Burgos.
Profesor en el Seminario de Burgos de Historia
de la Iglesia y de Patrología desde 1962.
Se doctoró en Lovaina (Bélgica) en 1972.
Fue destinado al Grupo de Japón en noviembre de1972,
a los 34 años de edad. Estudia japonés en la escuela de los jesuitas en
Kamakura.
En abril de 1975 le llaman de Madrid para para
hacerse cargo de la revista “Misiones Extranjeras”, hasta 1978.
En noviembre de 1978 vuelve a Japón, es
destinado a la parroquia de Sumoto y luego a la de Marugame.
Desde abril de 1979 da clases de Biblia a las
religiosas de Minó.
En julio de 1981 les visita a los misioneros
navarros de Japón Monseñor Cirarda, arzobispo de Pamplona. Viene de vacaciones
a España. En septiembre de 1981 vuelve a Japón.
De 1983 a 1988 se le nombra encargado del
Departamento de Formación del IEME.
En septiembre de 1989 vuelve a Japón y trabaja
en las parroquias de Marugame, Koshien, Sakuranomiya y Sekime.
En junio de 1992 vuelve a España de vacaciones
y en septiembre vuelve a Japón trabajando de misionero durante 10 años
seguidos. En septiembre de 1994 fallece su padre.
Fue Director General del IEME de 2003 a 2008. En octubre de 2008 fallece su madre, con 103 años. Vuelve a la misión en Japón, donde trabaja de 2008 a 2019.
Y en febrero de 2011,
desde Himeji, empieza a escribir una carta mensual a hermanos y familiares,
contando sus andanzas de misión. Alguien de su familia guarda cuidadosamente
las 82 cartas que envió hasta mayo de 2018, en que vuelve a Navarra. Y ese es
el contenido de su último libro “Los últimos siete años de un misionero en Japón
(2011-2018)”. En él cuenta sus charlas bíblicas semanales en varias parroquias
de Japón, visitas a los enfermos, charlas preparatorias para recibir la
confirmación, reuniones con budistas y con protestantes. En ellas comparte con
libertad los afanes, trabajos y alegrías de su andar misionero por Japón. De
este libro haré en breve una reseña porque lo he leído y francamente es muy
informativo y entretenido. Se lee con gusto. Este libro es fundamental para
conocer la actividad misionera de Izco en Japón, la sencillez de su alma, sus
afanes pastorales y sus actividades extrapastorales. Y para conocer también las
relaciones con su diócesis navarra y con su familia, lazos que nunca olvidó.
El 3 de mayo de 2018 envía su última carta comunicando su vuelta definitiva a Navarra, a los 80 años. Reside en Pamplona desde 2019.
A josé Antonio Izco le debemos enorme gratitud por haber escrito, en calidad de historiador, la obra grandiosa titulada, “Proyección misionera de clero diocesano español. Historia del Seminario de Misiones”. Fue publicada por Ediciones Sígueme, Salamanca, en 1991. Lleva prólogo de José Campany, presidente por entonces de la Comisión Episcopal de Misiones. La obra termina en la situación en que se encontraba el IEME en 1990. Sería ideal que alguien completara la obra con lo ocurrido en el IEME desde esa fecha.
En esta fotografía de los
"superiores”, sacada hacia 1964,
José Antonio Izco se encuentra al fondo, a la derecha, con boina.
No nos queda más que manifestar nuestra
sincera y enorme gratitud a Jose Antonio Izco y a todos los formadores,
profesores y superiores que tuvimos todos los que pasamos por el Seminario de
Misiones de Burgos, cuyo ejemplo y capacitación dejaron en nosotros profunda
huella.
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