Antonio Ónega, misionero en Costa Rica

   


IN MEMORIAM. BIOGRAFIA DEL RVDO.

D. ANTONIO ÓNEGA PACÍN


El Rvdo. D. Antonio Ónega Pacín nació en la Parroquia lucense de San Tirso de Palas de Rey, unida de San Pedro de Villareda, el día 2 de enero de 1939. Realizó estudios de bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de Lugo durante los años 1949-1955, año en que ingresa en el Seminario Diocesano.

Finalizados los estudios eclesiásticos en los Seminarios Diocesanos de Lugo fue ordenado presbítero por el entonces Obispo de la Diócesis, el Dr. D. Antonio Ona de Echave, el día 19 de agosto de 1962. Con una gran vocación misionera, el 14 de mayo de 1963 solicita a su Obispo la posibilidad de incorporarse al IEME (Instituto Español de Misiones Extranjeras) con sede en Burgos. Ese mismo año es destinado a Quinchía (Colombia). Muy pronto es reclamado para ejercer de profesor en el Seminario Menor de Alzola  (San Sebastián), donde permaneció durante seis años.

Su primer destino pastoral fuera de España fue en Centro-América, en la parroquia de San Isidro labrador de Mandayure (Guanacaste, Costa Rica), país donde, según su propio testimonio personal, trabajó durante 13 años. De nuevo, en junio de 1983 es nombrado Administrador General del IEME, recorriendo varios países de África y América del Sur visitando a los misioneros. Cumplida su misión en Madrid, es enviado de nuevo al grupo de Costa Rica en 1988.

Desde febrero de 1992 es nombrado para la Diócesis Misionera de Colón y Kuna Yala en Panamá para preparar el terreno a otros misioneros. En ese mismo año el obispo de aquella Diócesis, Mons. Carlos María Ariz, le nombra responsable de la Parroquia de Portobelo, en el Santuario de Jesús Nazareno (Cristóbal Colón) con su compañero de la Diócesis de Alicante, Venancio Ortiz. Es una parroquia muy extensa, de más de mil kilómetros cuadrados. Durante su estancia en esta parroquia realizó una visita pastoral el entonces Obispo de Lugo, Fr. José Gómez González, acompañado de su Secretario Particular J. Mario Vázquez Carballo.

Desde Panamá regresa de nuevo a Costa Rica. Corría el año 2008. Aunque no ejerció ningún cargo pastoral en nuestra Diócesis manifestó siempre públicamente su incardinación con Lugo (donde venía a descansar algunas veces) y la vinculación constante con su Diócesis natal.

 Ejerció su vocación sacerdotal y misionera siempre con mucha alegría y entusiasmo. Sacerdote de línea muy evangelizadora, repartía en su entorno ilusión y paz. Falleció el día 19 de marzo del año 2016 en la Casa Cural Upala (Frontera Norte, Costa Rica) país donde ejerció la mayor parte de su misión sacerdotal. Descanse en paz. 


 

Alzola, curso 1964-1965. Antonio Ónega es el que está a la izquierda

del P. Larrañaga (que es el que lleva bonete)

 

 

Comentarios

  1. Estoy esperando que Antonio Ruiz, el mejor archivo de nuestra "memoria histórica", me confirme si fue el Padre Antonio Onega quien nos daba las clases de Historia del Arte y las de Historia de la Literatura Griega y Romana, allá en Alzola. Creo que era él, y si así era, debo decir que eran las clases que más disfrutaba de todas, junto con las de Literatura, que creo las daba el Padre Vidán.
    Su capacidad didáctica despertó en mí tanto interés por el arte que, cuando hice los éxámenes de las reválidas de sexto, en el Instituto de Enseñanza Media de Burgos ( estando ya en primero de filosofía en el seminario),el examen de historia del arte consistió en que nos pasaron alrededor de 300 slides de piezas, edificios y cuadros, desde las pinturas de Altamira y la Venus Esteatopígica, hasta lo entonces más reciente de Miró y Dalí ( todavía vivos en ese tiempo). Pues bien, al parecer no fallé ni una sola, porque en el descanso entre uno y otro examen me llamaron de claustro de profesores para comprobar que no había hecho trampa. Les propuse que se seleccionaran 30 al azar y lo veríamos, y pude demostrar que no hubo truco alguno de mi parte. Con esa aficción me pude también ganar la vida, pues una de las asignaturas en mi primera experiencia como profesor universitario fue precisamente historia del arte y la arquitectura, para los estudiantes de arquitectura. Dejé en los archivos de la universidad ( 1981) unos sets de filminas de más de mil imágenes, que yo mismo hice sacadas de libros y catálogos de museos ( en ese tiempo no había internet) y mi clase se llenaba siempre como si aquello fuera un cine. Díganme si no es para estar eternamente agradecido al Padre Onega.
    Sobre la historia de la literatura griega y romana creo que pasaba lo mismo. Todavía disfruto de releer comedias griegas como "Las Ranas" de Eurípides y hago bromas con mis hijos engolando la voz para recitar a Ovido con aquello de " arma virumque cano...etc. etc."
    Hay profesores que ni se imaginan el impacto que pueden tener en la vida de sus alumnos. Cuando he sido profesor yo mismo, o ahora en que todavía tengo a cada rato que dar capacitaciones por zoom y programas similares, siempre tengo en cuenta esa influencia y trato de ser cada vez original ( mis alumnos saben que nunca repetiré la misma conferencia aunque sea el mismo tema, sino que me tomaré un par de días para reenfocarlo y darle otra perspectiva). Ahora, con las ventajas de internet y programas como Power Point, preparar una buena clase es hasta divertido.
    Me duele haber estado en Panamá al mismo tiempo que el Padre Onega estaba en la diócesis de Portobello, en la parroquia del Cristo Negro que tanta pasíón despierta en la comunidad afroamericana de ese país, cerquita del Parque Nacional Portobello, que visité muchas veces por estar en el área de influencia y responsabilidad del proyecto. Me hubiera dado mucha emoción haberlo encontrado y haberle agradecido personalmente su influencia.

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