Féliz F. Gorrindo, misionero en Japón y Guatemala
Félix Fernández Gorrindo
Misionero en Japón y Guatemala
Del
que siempre hemos conocido como “Gorrindo”, al que con tal nombre citaban los
compañeros de Alzola y del que siempre han guardado un excelente recuerdo, nació
en Cascante (Navarra) el día 27 de febrero del año 1936. Fueron sus padres
Gabino y Carmen.
En
el año 1947 comenzó a estudiar latín y humanidades en el seminario de Tarazona.
Aquí residió hasta el segundo año de filosofía. En el año 1955 pasó al
seminario de San Miguel de Pamplona en donde estudió hasta el segundo año de Teología,
para comenzar el III año de Teología (1957-1958) en el Seminario Nacional de
Misiones de Burgos.
Es
ordenado presbítero el día 30 de julio del año 1959 en Oña por Mons. Mansilla,
obispo que un día seria de la diócesis de Ciudad Rodrigo (Salamanca). Durante
cinco años fue profesor de Latín, Griego, Geografía, Historia y Literatura en
el Seminario Menor de Misiones de Alzola (Guipúzcoa).
El
día 12 de enero el año 1965 sale para Japón, su primer destino misionero. Pasado el tiempo de aprendizaje del inglés y
del japonés, trabaja en varias parroquias (Marugame, Köshien, Sakuranomiya,
etc) y también como profesor de Lengua, Literatura e Historia de España en
Osaka.
En
el año 1973 regresa a España y comienza los estudios de geografía e historia en
la universidad de Valladolid sacando la licenciatura en el año 1978.
En
el año 1979 es destinado a Guatemala capital, en donde pasa a ser párroco de la
parroquia de El Divino Salvador del Mundo.
En
el año 2003 deja la responsabilidad de la parroquia de la que tantos años ha
sido párroco, para residir en el Seminario Mayor Nacional de la Asunción y
colaborar en diversas parroquias de forma ocasional.
Antes
de su vuelta definitiva a España estuvo viviendo con una familia amiga en donde
se sentía cuidado.
Llegó
a España con la salud bastante debilitada el día 20 de abril del año 2014,
pasando a residir en la Residencia Sacerdotal Amor Misericordioso de Pamplona.
Recientemente lo habían trasladado a la residencia El Buen Pastor, en donde
falleció en el año 2017, a los 81 años.
Nuestro
compañero Pepe Muñoz nos ha elaborado este hermoso recuerdo de Gorrindo, leído
en su funeral, a su fallecimiento:
In
Memoriam
Conocí a Félix cuando
ya llevaba bastantes años en Guatemala. Digo conocer y tratar cercanamente,
pues del tiempo que coincidimos en el Seminario de Misiones de Burgos
estudiando Teología, no guardo recuerdos reseñables de su persona. Era de un
curso superior a mí.
El trato más a fondo
sucedió el año 1997. En agosto de ese año viajamos a Guatemala mi esposa y yo,
junto con Daniel Ferri y su esposa. Nos hospedamos en la casa parroquial de
Félix, que regentaba la Parroquia en la que Ferri fue el primer Párroco y yo el
segundo: Parroquia del Divino Salvador del Mundo, Proyecto 4-3, de la zona 6,
en Guatemala Ciudad Capital. Ahí tuvimos ocasión de tratarnos y conocernos más.
Y a raíz de ese viaje y convivencia, el trato pasó a ser asiduo y entrañable.
Se había propuesto tomar notas sobre la Parroquia y sobre la Misión del Petén,
con el fin de escribir una reseña del paso del IEME por el Petén y por la
capital. Daniel y yo le proporcionamos muchos datos, fotos y recuerdos de
nuestro paso por allí y por el Petén.
Personalmente quiero
dejar constancia de que mi trato con Félix fue siempre muy afable y cercano. Me
trataba con cariño. Y los recuerdos que guardo de su persona los podría resumir
así: Fue un buen Párroco del Divino Salvador del Mundo. Según mi opinión y mi
recuerdo, se adaptó muy bien a Guatemala y a la zona de la parroquia. Cercano a
la gente, encarnado en las costumbres e idiosincrasia de nuestra querida Guatemala.
Querido y respetado por sus fieles como persona, como sacerdote y como
misionero. Si los cálculos no me fallan, estuvo más de 20 años al frente del
Divino Salvador del Mundo y entregando la parroquia a un sacerdote
guatemalteco, se cerró la etapa del IEME al frente de la misma.
Las buenas gentes de la
zona, aún hoy (me consta) guardan un recuerdo muy grato de los “Padres
españoles” como personas, como sacerdotes y como misioneros. Y Félix fue el que
más tiempo estuvo al frente de dicha Parroquia. De su paso por Alzola y por
Japón, otros podrán dar testimonio. Descanse en paz nuestro amigo Félix y como
resumen me atrevo a decir “Bonum certamen certavit, cursum consumavit, fidem
servavit”. Consumó su carrera y guardó la fe hasta el final.
Pepe Muñoz. Madrid, enero
de 2018
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