Pepe Muñoz

 

José Muñoz López

IEME, Guatemala, Poptun

 

José Muñoz en el lago Petén, con la Isla Ciudad Flores, al fondo.


        El IEME: ha sido mi verdadera vocación. Entré en el seminario menor de Murcia con 11 años. Quería ser cura, como continuación de haber sido monaguillo. Allí cursé 5 años de Latín y Humanidades en el Seminario Menor de San José y 3 de Filosofía en el Seminario Mayor de San Fulgencio.

Pero en 2º de Filosofía, en unos ejercicios espirituales, decidí que quería ejercer mi futuro ministerio en las Misiones, pues en mi diócesis había saturación de curas. Por eso digo que mi verdadera vocación fue sacerdote misionero, algo que es común a todos los que pasamos por Burgos.

Al IEME debo, haber podido ejercer mi vocación, cursando antes 4 años de Teología en el Seminario de Misiones. Cuatro años que gocé de una experiencia maravillosa, junto a tantos compañeros de toda España en un ambiente de familia y camaradería. Nada que ver con la experiencia anterior en los seminarios de Murcia. Lo que se llamaba entonces “año de formación”, lo hicimos en tres meses y fuimos los últimos en hacerlo así. Los siguientes ya hicieron un año entero, que se empezó a llamar, si mal no recuerdo, “año de espiritualidad”.

El día 19 de marzo de 1960, Monseñor Lecuona nos dio a conocer nuestros destinos. A mí me enviaron a la Administración Apostólica del Petén, en Guatemala. Llegué a Ciudad Flores el día 17 de diciembre de ese mismo año. MI primer destino: coadjutor en la Parroquia de Flores y encargado de las Parroquias de San Andrés y San José, a orillas del lago Petén Itzá. 

Al año y medio aproximadamente, fui nombrado junto a Jesús Sanz, encargados de Las Parroquias de Santa Elena y San Francisco. Creo que, sin pasar un año, dos compañeros del Petén: Miguel López Santana y Jesús Sanz, salieron de Guatemala a Costa Rica, para abrir la nueva misión de Upala y se hicieron cargo de la Parroquia de Cañas (Guanacaste).

A mí me destinaron a la Parroquia de San Pedro Mártir de Verona en Poptún y encargado de las Parroquias de Dolores y San Luis, abarcando así una gran extensión de terreno: todo el sur del Petén, lindando con el Departamento de Alta Verapaz.  Al mismo tiempo, los compañeros me eligieron para encargarme del Grupo, cargo que entonces se llamaba Superior Regional. Y creo que fue el primer caso de ratificación de la Dirección General (Lecuona, César, etc.) de un nombramiento por elección de los compañeros.

Correría para Confirmaciones y demás, con Monseñor Viñamata, 

el Misionero Auxiliar José Oriol y Pepe Muñoz

Después de este inciso, vuelvo a Poptún. Para mí fue un regalo esta Parroquia. El mejor clima de todo el Petén, zona de unos bellos y extensos pinares… Es cierto que tenía mucho trabajo, pero al año me mandaron un coadjutor, Victoriano Garrido, y un auxiliar, José María Oriol, que hizo posible una mejora en el trabajo que era muy considerable. Esta Parroquia tenía una zona muy grande para labor puramente misionera a la vieja usanza, visitas cada año en mula, a una zona indígena quecchí durante todo el mes de mayo. En Poptún permanecí como Párroco durante casi 7 años.

Otro inciso que creo interesante resaltar. En mi época, en el Petén, vivimos dos realidades diferentes y apasionantes las dos, con Monseñor Gabriel Viñamata, una época preconciliar. Y otra con Monseñor Genaro Artazcoz, plenamente ilusionante época conciliar (Artazcoz asistió a la segunda sesión del Concilio) y otra posconciliar. La primera, en la que Monseñor Viñamata ejercía su labor pastoral con una personalidad muy marcada por su trabajo en el San Jorge y en Panamá. Y la segunda, en la que entró Genaro Artázcoz, que venía de su larga estancia en California enviando misioneros y medios económicos la misión de Marugame, en Japón. Genaro llegó al Petén, por cierto, atendiendo en Burgos la propuesta de todo el grupo.  

En el año 1968 salí de Poptún a la Ciudad de Guatemala, como Párroco de la Parroquia del Divino Salvador del Mundo, a sustituir a Daniel Ferri que pasó a Poptún. Esta Parroquia, en un suburbio habitado por familias de clase media y de clase baja, nos había sido confiada al IEME siendo Daniel Ferri el primer cura Párroco. Allí estuve 2 años, hasta finales de 1970, en que, por enfermedad de mi padre, regresé a España.  

 

En una correría con Monseñor Jenaro Artazcoz y con el Doctor Almaraz, español, que fue a colaborar con la misión durante varios años.

En ese intervalo, año 1969, asistí a la segunda asamblea del IEME (entonces se llamaba “Capítulo”) por ser Superior Regional, junto con Antonio Villar, elegido por los compañeros y con Artazcoz que venía como Administrador del Petén. Pero eso es otra historia que ya todos conocéis bien. Vino el gran cambio en nuestro Instituto, la venta del Seminario de Misiones de la Quinta en Burgos, etc…

Y finalmente, en el año 1972 (estuve ejerciendo de Sacerdote diocesano en Lorca, mi pueblo, casi dos años) pedí la secularización, obligado por las circunstancias personales ya que no había opción de Celibato opcional. Y aquí estoy en Madrid, jubilado desde el año 2001 y dedicado a mis voluntariados en Manos Unidas y el IEME, entre otros.

Nota bene: veis que nada he mencionado de nuestro trabajo en la Misión, ni del mío personal en Poptún, sobre todo. Y es que creo que es algo que me pertenece y del que son conocedores algunos de mis amigos, además de mi esposa e hijos.

Monseñor Jenaro Artazcoz, en la hamaca.



 

 

Comentarios

  1. Gran Pepe Muñoz. Vine a conocerte un poco ya "de mayor", jubilado incansable. Pero sobre todo cuando tuviste que sacarnos las castañas del fuego como Administrador General: te echaste para adelante y nos demostraste que "Sí se puede". Gracias mil, Pepe. Sí, se que , humildemente, siempre dices que no es mérito individual y lo acepto: también en eso sabes acertar, trabajando en equipo.
    Ah! Y eso no se improvisa, detrás están tus años por guatemala, tu doble matrimonio, tu ejemplo de esposo y padre...todo.

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